viernes, 30 de octubre de 2009

Toca dejar de pensar

Hablé con T.
Todo va de mal en peor. Me estrello una y otra vez con su barrera de "no-sé"
Mi status ha ido cayendo en picado y ni siquiera sé como ha pasado esto. He hablado con mi compañero de piso, dijo que él había sido testigo y que era todo muy raro.

Ayer, en medio de toda la fiebre, me di cuenta de que el problema es que no se comporta como si fuera mi pareja. Lo hablé con él: tiene la sensación de no haber cambiado su comportamiento, así que debo ser yo que ahora pido más.

Vino por la noche y se quedó a dormir, por la mañana se ha ido a su casa. Ha vuelto a mediodía, ha hecho la comida, me ha cuidado. Se ha quedado dormido y se ha marchado a su casa. Tres horas más tarde me ha llamado, su casa se ha incendiado. No le queda nada. Al llegar se ha encontrado con los bomberos. El calentador parece haber provocado el fuego.
En esas tres horas ha llamado a sus padres, a sus amigos y por último me ha llamado a mí. Que necesitaba estar solo, que no me lo tomara a mal. Se iba a casa de unos amigos que estaban fuera. Que me llamaría...

Tengo que respetarlo, obvio. Sólo tengo que conseguir no esperarlo, dejar de esperarlo para siempre. Dejar de esperar a que me llame, que me cuente, que se acuerde de que existo. Porque sí, al final acaba acordándose, pero esos 2 ó 3 días de retraso yo los paso sufriendo. Y no, no puedo ni quiero seguir así.

Triste, pero desde ayer trato de asimilarlo. Le dije que probablemente era culpa mía, por pensar que la historia era algo que no era. Nunca niega ni asiente. Es cuestión de dejar de quererle y saber que sólo es una persona con la que tener sexo de vez en cuando. No es lo que yo quiero, así que supongo que tarde o temprano acabaré por dejarlo y entonces seré yo la mala. Eso si no descubro antes alguna infidelidad. Creo que a estas alturas espero cualquier cosa.

Toca dejar de pensar, toca dejar de sufrir.

domingo, 25 de octubre de 2009

Creo que me desgasto.

Han pasado unas cuantas cosas, pero al final sigo parecido.
Resumiendo T. lleva más de 2 meses viviendo en mi casa. Hace casi un mes encontró un pisito aquí cerca, pero tenía que pintarlo y demás. Y los días van pasando, no tengo ganas de que se vaya, pero me molesta estar en provisional tanto tiempo.
Consiguió trabajo aquí, dejó Madrid y al final la cosa ha salido un poco rana.

En general estamos bien, pero sigo con mi incapacidad para aclarar en qué punto estamos. Sí, llevamos dos meses viviendo juntos y yo no tengo claro si es mi pareja o qué. Supongo que esto no lo puedo alargar hasta el infinito, algún día tendré que preguntar.

Cómo no sé si somos novios o qué, tampoco me siento en la posición de poder exigir o preguntar. Pero no nos engañemos, nunca me siento con el derecho de exigir, ahí andamos...
Y me invade la tristeza, porque siento que no me aprecia, sé que soy estúpida por no reclamar lo que merezco, pero me pongo mustia, así sin más. Necesito ciertas atenciones para no sentirme descuidada y últimamente no las estoy recibiendo. Entonces me dan ganas de mandarlo todo al infierno.

Los hechos: compagino mi trabajo remunerado con trabajillos mal pagados pero que me hacen sentir que hay futuro en la profesión. No tengo mucho tiempo libre, me esfuerzo por encontrar los momentos para estar con T. Él, en cambio, está en el paro, dispone de muuuucho tiempo.
El fin de semana pasado se fue al campo. Yo no fui por escasez de fondos y un tema de trabajo que surgió después. El Viernes por la noche hablamos y me come la cabeza. Yo busco la forma de llegar, aunque sea sólo un día. Pero no encuentro horarios para el Sábado, busco para el Domingo a primera hora, pero llegado el momento no consigo comunicarme con él. Me quedo en casa frustrada. Hablamos y resolvemos el malentendido. Él cae con un catarro, lo cuido y se pasa dos días en cama. El Jueves está recuperado, una amiga le invita a un estreno, yo tengo invitaciones pero me quedo en casa porque no sólo no estoy parada, ando de pluriempleo.
A la mañana siguiente no ha aparecido. A mediodía recibo un mensaje en el curro diculpándose. Hablamos más tarde y me entero de que su familia le mete presión para que en vez de ir el Sábado se vaya el Viernes. Solución: me invita a cenar y lo acompaño a la estación. Sábado noche lo llamo, no nos engañemos, sin mucho entusiasmo. Y ya... no sé nada más de él.

Tal vez si tuviera más claro dónde estoy no me sentaría tan mal, pero me siento bastante abandonada, la verdad. No sé si debería enfadarme, sólo me lleno de tristeza y de ganas de dejarlo estar. Tengo la sensación de que no me cuenta nada, me voy enterando de sus planes por casualidad, por fragmentos de conversación con sus amigos. Sospecho que este no es el tipo de relación que necesito, pero tampoco tengo ganas de seguir probando más cosas. Creo que me desgasto.