T. parece interesado en quedar conmigo, pero es sólo de palabra. Sus actos van en dirección opuesta.
Ayer me preguntó a qué hora salía, le dije que terminaba a las siete. Quedamos en que le llamaba a la salida. Y cuando lo llamo dice que está en una casa okupa en el extrarradio y que no sabe para cuánto rato tiene. Me pregunta que yo qué voy a hacer y me quedo sin respuesta. Cuando en realidad debería haber dicho: no lo sé, pensaba que iba a quedar contigo.
Dice que ya me llamará. Y de lo que tengo ganas es de apagar el teléfono. Es una forma de no estar esperando una llamada que no va a llegar. Yo decido que no va a llegar y así evito esperarla. Pero al final es una trampa, venzo la tentación de borrar su número. No me importa tanto como para eso.
Pero es todo mentira.
Tenemos pendiente una conversación que defina qué estamos haciendo después de tantos meses. Creo que él lo sabe y por eso evita el encuentro. Supongo que debería tomar una decisión.
martes, 17 de marzo de 2009
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Abandónica, no sabés como te entiendo, padezco lo mismo, pero hay que salir a terreno y enfrentarse nena, es como si hablaras de mi...
ResponderEliminarpoco a poco...
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